Hace cuatro años que el Gobierno quiere regularizar la actividad publicitaria de los “usuarios de especial relevancia” o influencers, y finalmente ha dado el paso definitivo para cumplir con este propósito. Este movimiento se ha ejecutado en el último Consejo de Ministros, el mismo espacio en el que se ha aprobado que todos los nuevos cargadores de los móviles, tabletas, consolas portátiles y más sean USB tipo C a partir del 28 de diciembre de 2024. Esta segunda orden consiste en la transposición de la Directiva europea de 2022.
¿Qué es un influencer?
Para regular su actividad primero hay que establecer los criterios que lo definen. Tras las consultas públicas el Gobierno ha decidido que los influencers son aquellos que tienen unos ingresos anuales superiores a 300.000 euros derivados del conjunto de su actividad audiovisual; superan el millón de seguidores en una única plataforma de intercambio de vídeos o dos millones de seguidores en el global de su actividad; han publicado o compartido 24 o más vídeos al año. Además, el influencer debe residir en España, así que los que han huido a Andorra no se verán afectados por la medida.
“Esta regulación da mayor protección a los consumidores y más seguridad jurídica a estos usuarios, que han alcanzado una notable importancia y un volumen económico significativo en las plataformas de intercambio de videos a través de las que difunden sus contenidos”, dice el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. “Todos los ‘influencers’ que cumplan ambos criterios deberán inscribirse, en el plazo de dos meses, en el Registro Estatal de Prestadores Audiovisuales como usuarios de especial relevancia”.
Una vez inscritos, los influencers deberán cumplir con la normativa en materia de protección de menores y de publicidad en el ámbito audiovisual, como identificar los espacios publicitarios o no hacer publicidad de tabaco, medicamentos o alcohol. En otras palabras, tendrán las mismas obligaciones que el resto de agentes audiovisuales.
Respecto a la regulación del cargador único obligatorio, el Gobierno no ha hecho más que modificar el Reglamento sobre la comercialización de equipos radioeléctricos para transponer una Directiva europea aprobada en 2022. En consecuencia, a partir del 28 de diciembre de 2024 todos los cargadores de teléfonos móviles, tabletas, cámaras, auriculares, altavoces o consolas portátiles, entre otros, deberán ser de USB tipo C, mientras que los ordenadores portátiles tendrán la misma obligación a partir de abril de 2026.
El objetivo del cargador único es “ofrecer una mayor comodidad al usuario, disponer la posibilidad de adquirir estos equipos sin el dispositivo de carga y lograr un menor impacto medioambiental con la reducción de residuos electrónicos”.
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