En la discusión sobre el futuro de la inteligencia artificial se habla mucho de su integración con la robótica. Google cree que esto pasará pronto. Por eso, su filial DeepMind ha presentado esta semana un conjunto de métodos para entrenar a estos robots. Y garantizar, sobre todo, que no representen un riesgo para los humanos.
- Google DeepMind presentó la «Constitución del Robot», un grupo de normas que ayuda a las máquinas a tomar decisiones más rápidas, mejores y más seguras en un entorno real.
Google DeepMind publicó los modelos AutoRT, SARA-RT y RT-Trajectory. Son tres sistemas diseñados para lograr que los robots con inteligencia artificial puedan tomar decisiones más rápidas, mejores y más seguras en un entorno real.
«Antes de que los robots puedan integrarse en nuestra vida cotidiana, es necesario desarrollarlos de manera responsable con investigaciones sólidas que demuestren su seguridad en el mundo real», explicó Google DeepMind en un comunicado. La compañía ya los puso a prueba en versiones básicas de robots domésticos.
AutoRT es un sistema de recopilación de datos. Utilizar un modelo de lenguaje visual (VLM) y un modelo de lenguaje grande (LLM) —como los que impulsan a ChatGPT o Bard— para ayudar a las máquinas a comprender su entorno y decidir las tareas adecuadas. Incorpora también barandillas de seguridad, basadas en lo que Google llamó la «Constitución del Robot».
¿Qué dice la Constitución para los robots con inteligencia artificial de Google?
La «Constitución del Robot» de Google está inspirada en las Tres Leyes de la Robótica de Isaac Asimov. Su principio base es que un robot «no puede dañar a un ser humano». También prohíbe que los robots realicen tareas en las que intervengan personas, animales, objetos punzantes o aparatos eléctricos.
El sistema AutoRT incluye medidas de seguridad prácticas de la robótica clásica. Por ejemplo, configura a los robots con inteligencia artificial para que se detengan automáticamente si la fuerza sobre sus articulaciones excede un umbral determinado. Eso evitaría que nos aplasten. El modelo considera también que las máquinas estén activas siempre que se mantengan en la línea de visión de un supervisor humano, equipado con un interruptor de desactivación física.
Google contó que realizó pruebas durante siete meses en cuatro edificios de oficina. Implementó el sistema en una flota de 53 robots y ejecutó 6.650 tareas diferentes. Algunos robots eran controlados de forma remota por operadores humanos. Otros operaban basándose en un script o de forma completamente autónoma, utilizando el modelo de aprendizaje de inteligencia artificial Robotic Transformer (RT-2) creado por la compañía.
El sistema fue capaz de dirigir de manera simultánea a 20 robots. Eran máquinas básicas, equipadas solo con una cámara, un brazo robótico y una base móvil. El sistema utilizó el modelo de lenguaje visual para lograr que los robots reconocieran el espacio e identificaran objetos. Mientras que el modelo de lengua grande asumió el rol de toma de decisiones y les indicaba una lista de tareas que podían realizar.
Imaginando el futuro
«Imagínate un futuro en el que una simple petición a su robot asistente personal —‘ordena la casa’ o ‘prepáranos una comida deliciosa y saludable’— sea todo lo que se necesita», explicó Google en su blog.
Google DeepMind también presentó SARA-RT, una arquitectura de red neuronal diseñada para hacer que su modelo Robotic Transformer RT-2 sea más preciso y rápido. Y anunció RT-Trajectory, que agrega contornos 2D y ayuda a un robot con inteligencia artificial a realizar tareas físicas específicas, como limpiar una mesa. «Visualizamos un futuro en el que estos modelos y sistemas puedan integrarse para crear robots», dijo la compañía
La Unión Internacional de Telecomunicaciones estima que los robots despegarán en los próximos cinco años de la misma manera que la inteligencia artificial generativa lo hizo con ChatGPT. La robótica ya está transformando las operaciones industriales de todo el mundo. Amazon, por ejemplo, ya cuenta con más de 750 mil robots que trabajan en colaboración con sus empleados humanos. El año pasado comenzó a testear el funcionamiento de dos nuevos robots humanoides, con funciones mucho más avanzadas.
El gobierno de China, una de las economías más grandes del mundo, anunció el año pasado que planea fabricar sus primeros robots humanoides avanzados para 2025. Su objetivo es, precisamente, combinar la robótica con los recientes avances en la inteligencia artificial. Confían en que pueden establecer en los próximos años un sistema confiable de suministro industrial para respaldar la fabricación.
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