Las investigaciones que se llevaron a cabo por parte de investigadores independientes revelaron que la base de datos de Recall almacenaba capturas en el PC, pero además, estas no estaban cifradas, lo cual deja abierta la posibilidad a la entrada de cualquier malware para que se haga cargo de, por ejemplo, nuestros datos bancarios, imágenes personales, vídeos, o cualquier cosa que hagamos en el ordenador.

Microsoft tomó nota y cifró la base de datos en la última build de Windows 11, y ahora quita la opción de desinstalar Recall. Por lo tanto, solo queda la UE y sus regulaciones de la privacidad para que Microsoft dé marcha atrás en territorio europeo para cumplir con la Ley de Mercados Digitales de la Comisión Europea.

Esto ya lo vimos con el navegador Edge, el cual ahora se puede desinstalar en nuestras fronteras. Igualmente, el hecho de que Recall guarde las capturas durante 3 meses para luego eliminarlas no deja satisfecho a nadie, ¿qué algoritmo quiere entrenar Microsoft? ¿Cómo sabemos que la base de datos y el cifrado es inexpugnable? ¿Tenemos certeza alguna de que no se suban las fotos a un servidor online?

El hecho de que tengamos que autentificarnos en Windows Hello para acceder a las capturas también es un intento de sabotaje de Microsoft, que lo enmascaran hábilmente con aras de seguridad, pero ya sabemos cómo de atacada está esta tecnología. Que la UE obligue a Microsoft a permitir la desinstalación sería lo más indicado por motivos obvios, pero habrá que esperar a que sea lanzada finalmente para que Europa pueda intervenir. En cualquier caso, este tema está lejos de solventarse.