Mustafá Sulaymán es un investigador británico que fundó DeepMind Technologies, una empresa de inteligencia artificial y aprendizaje automático. Durante sus primeros años, se desempeñó como director de producto y jugó un papel fundamental en el crecimiento de la empresa y el desarrollo de modelos de redes neuronales que aprendían a jugar como los humanos.

Tras ver el potencial, Google compró DeepMind en 2014 en una cifra estimada entre 400 y 650 millones de dólares. Tras la operación, Sulaymán se convirtió en director de IA aplicada, encargándose de integrar la inteligencia artificial en los productos de la compañía. Uno de los avances más notables de la empresa fue la creación de AlphaGo, una inteligencia artificial que venció al campeón mundial de Go en 2017.

Bajo su dirección, DeepMind AI consiguió reducir el consumo energético en los servidores de Google. Sulaymán y su equipo aplicaron aprendizaje automático para operar los centros de datos de manera más eficiente. Con la ayuda de un sistema de redes neuronales entrenadas en diversos escenarios, los ingenieros de DeepMind crearon un modelo que garantizaba una reducción del 40 % en la energía necesaria para enfriar los servidores.

Pese a los logros, la gestión de Sulaymán en DeepMind no estuvo libre de polémicas. El directivo fue acusado de intimidar al personal y Google inició una investigación interna. Pese a que los resultados de esta investigación son confidenciales, el personal de DeepMind dijo que el estilo de gestión de Sulaymán "no cumplió con los estándares esperados".

Un reporte de Business Insider expuso el comportamiento tóxico del ahora director de Microsoft AI. Algunos empleados de DeepMind confesaron que Sulaymán perdía el control de la nada y atacaba a sus trabajadores, humillándolos. Otros lo acusaron de usar chats externos para borrar evidencia de conversaciones.