Ha pasado: una canción generada con inteligencia artificial ha logrado colarse en las sacrosantas listas de Billboard. En la última semana de octubre, la industria musical se agitó cual avispero tras saberse que una de las novísimas entradas en la lista Adult R&B Songs, el ranking de la Billboard que mide las canciones más reproducidas en radio de dicho género, estaba no solo producida íntegramente con inteligencia artificial, sino también firmada por una artista que ni siquiera existía.

•  Xania Monet, el proyecto creado con inteligencia artificial que ha firmado un contrato millonarioYoutube Xania Monet

La canción se llama How Was I Supposed to Know? y la artista que lo firma es Xania Monet. Esta cantante no existe en ningún plano musical; no es una cara humana que se haya ayudado de una herramienta de moda para agilizar su ascenso en la industria; las fotos disponibles de ella no son más que unas imágenes de una artista negra, de unos treinta años, generada con no mucha precisión por otra inteligencia artificial – se ve claramente que la cara no corresponde con ninguna persona –.

 

Que una canción totalmente producida por IA, y que firma una artista generada también por este mismo método, se haya colado en las listas de éxitos más tradicionales e influyentes del negocio musical ha levantado toda una cadena de reacciones y críticas dentro del sector que han empezado por la persona real que se ha inventado a Xania Monet.

Tras el macabro proyecto artificial, está una autodenominada poeta de Mississippi llamada Telisha Nikki Jones. De ella se sabe poco más allá de su nombre y su localidad, pues no ha sido hasta el proyecto de Xania Monet que ha comenzado a sonar en el negocio – por supuesto, después de este primer logro ha recibido invitaciones a los principales medios especializados estadounidenses –. 

El éxito, sin embargo, ha sido interpretado dentro de la industria más como una primera vez que como una anécdota; de hecho, según varias informaciones publicadas en medios especializados y declaraciones que la propia Nikki Jones ha deslizado en sus redes sociales, el hito de este primer hit artificial ha provocado una guerra de ofertas entre disqueras que ha acabado con el label Hallwood Media proponiendo una cifra estratosférica por Xania Monet: según la revista People, Telisha Nikki Jones habría firmado por su artista un contrato de tres millones de dólares – 2,8 millones de euros –. 

Estos nuevos movimientos están agitando la base financiera de una industria que a duras penas ha sido capaz de adaptarse a la caída de ventas físicas tras los primeros dos mil. Ahora, con la llegada de las IAs, se abre un nuevo abanico de preguntas que van desde la gestión de la propiedad intelectual de estos proyectos hasta si es factible el recorrido a largo plazo de una artista que ni existe ni puede, aparentemente, protagonizar conciertos.  

La supervivencia del fenómeno a largo plazo, de hecho, es lo que más intriga a los expertos. En un artículo para MusicRadar, el periodista Will Simpson analizaba la multitud de variantes a las que esta situación podría derivar. Por ejemplo, ¿sería sostenible para los sellos mantener a un cantante de silicio cuando la mayor parte de los artistas pop se sostienen gracias al fenómeno fan? Es complicado imaginar que este tipo de productos puedan generar devoción cuando ni siquiera pueden subir una fotillo a Instagram.

La situación es extraña y la industria no está cómoda – al menos, los artistas –. Figuras astronómicas del RnB, como SZA o Kehlani, han criticado no tanto a la artista, o a la verdadera artista tras el producto digital, como al entramado discográfico que está permitiendo que un producto sintético se cuele en un modelo de negocio sostenido por personas que necesitan hacer giras y fabricarse una presencia pública constante para comer. Aunque, por supuesto, los grandes actores financieros de la industria ya están mostrando sus cartas.  

Mientras la opinión pública mostraba interés en el curioso caso de esta artista, algo más gordo pasaba en las cocinas de la industria: Universal Music Group, el sello con el mayor catálogo discográfico del mundo, firmaba un acuerdo con la IA musical Udio para crear una nueva plataforma de generación de canciones. 

El acuerdo, que se firmó en octubre, venía a resolver una millonaria demanda que Universal, junto a otros actores de la RIAA, había interpuesto contra Udio por usar su catálogo para entrenar a la inteligencia artificial, sin embargo, todo se ha cerrado entre bambalinas y alimentando intereses económicos.

Según AP News, que tuvo acceso al texto, Udio y Universal estarían desarrollando esta nueva plataforma de generación de canciones para lanzarla en la primera mitad de 2026, aunque no hay mucha más información al respecto. UMG ha comunicado que este nuevo sistema abrirá “una nueva ventana de oportunidades económicas para nuestros artistas”, pero muy poco más. 

Se sobreentiende que la idea es licenciar el catálogo de Universal para que Udio pueda generar nuevos trabajos originales, sin embargo, los interrogantes son descomunales: ¿Udio medirá exactamente en qué canciones ya existentes se ha basado para crear una nueva y pagará en concreto a sus creadores, o abonará un canon general que Universal repartirá entre todos sus artistas?, ¿esta nueva forma de explotación musical precarizará todavía más a unos músicos que ahora deberán competir con un todopoderoso algoritmo generativo con acceso ilimitado y licenciado al mayor catálogo del mundo?, ¿Universal cobrará una sola vez por cada canción o se quedará una parte de los royalties que se puedan generar, por ejemplo, en Spotify?, ¿quién será realmente el propietario de esas nuevas creaciones?

Desde la llegada de la IA, toda la industria se encuentra en el mismo estado de alerta permanente que un gato en una perrera, sin embargo, mientras los artistas miden cada paso y esperan el siguiente movimiento de unos algoritmos generativos que cada día funcionan con mayor precisión, son los grandes actores de la industria los que se están asegurando de proteger sus activos ya sea por vía judicial o mediante acuerdos de colaboración con más interrogantes que respuestas.

Cientos de profesionales de la música que necesitan inspiración, tiempo y descansos para componer deberán competir ahora con algoritmos afinadísimos que no conocen el agotamiento. 

Fuentes:

https://www.20minutos.es/musica/una-ia-firma-un-contrato-discografico-tres-millones-industria-musical-se-prepara-para-que-se-viene_6897815_0.html