El caso que nos ocupa se remonta al 2019, cuando The Guardian publicó que Apple había contratado a una empresa para escuchar y transcribir las conversaciones captadas por Siri con el objetivo de mejorar la calidad y el rendimiento del que según la compañía es el "asistente inteligente más discreto". Los trabajadores llegaron a escuchar todo tipo de conversaciones, desde información médica a operaciones de droga pasando por grabaciones de parejas teniendo sexo. Se supone que Siri se activa con un comando de voz como "Oye Siri” o “Siri”, pero los denunciantes afirmaron que las activaciones accidentales eran muy comunes.

Además de Apple, Google y Amazon también contrataron a un tercero para escuchar y transcribir las conversaciones de sus usuarios con el respectivo asistente virtual. Actualmente hay una demanda similar contra Google que aún debe resolverse en el mismo distrito de California. En ambos casos detrás de la acción legal encontramos al mismo bufete de abogados, cuyos honorarios salen del fondo con el que se pagará a los usuarios.